domingo, 31 de enero de 2010

¿La hora indicada?


No tenía ganas de salir, pero Amalia era su amiga y esta noche festejaba su graduación.
La fiesta sería en un gran salón del club, seguro Amalia invitaría todos esos extraños amigos que quien sabe de donde sacaba.
Desde que entró al salón, notó la presencia de un hombre que la puso muy nerviosa.
Él vestía un sobretodo negro hasta los pies y un sombrero de ala ancha.
La observó entrar y no le quitó los ojos de encima.
Ya con eso comenzó a sentirse incómoda, no le gustaba nada como la miraba aquel hombre.
Se fue al otro lado del salón, buscando sacárselo de encima, no soportaba que la mirase así, como estudiándola por dentro.
Creyó haberlo conseguido pero cuando se dio vuelta, ahí estaba él, detrás de ella perforándola con la mirada.
Comenzó a sentir escalofríos recorrer su cuerpo, se sentía débil, temblorosa.
Amalia se acercó a ofrecerle una bebida y entonces le preguntó:
__ ¿Quien es ese hombre de sobretodo y sombrero que me ha perseguido toda la noche y no saca sus ojos de mí?
__No se a quien te refieres__ dijo Amalia extrañada__no hay nadie así.
__Si es ese de allí…. Pero... donde está.
Si allí mira, se retira del salón, ¿lo ves?
__No amiga, no hay nadie… estás pálida, no estás acostumbrada a las fiestas amiga, jajaja eso es….
__Amalia, no estoy loca, ese hombre me siguió toda la noche, no sacó sus ojos de mí. Me siguió por todos lados. No me siento bien, perdona pero me voy a casa.
__Gracias por venir amiga, mañana te llamaré.

Se fue a su casa muy asustada, estaba segura de lo que había visto, no estaba loca.
Ese hombre era real, estaba allí y algo quería de ella. Bajó del taxi frente a la casa, la calle se veía demasiado oscura, el foco de la esquina no tenía luz. Le temblaban las manos, no podía poner la llave en la cerradura, cuando de pronto oyó ruidos y pudo ver en la sombras al mismo hombre de la fiesta.
Entre gritos pudo abrir la puerta y entrar.
__Que quieres de mí, que quieres…
¡Déjame en paz!!!!

Se tomaba la cabeza entre las manos, se sentó en un rincón de la cocina y comenzó a balancearse.
__No estoy loca__decía__ no estoy loca
Quieren hacerme una broma de mal gusto. Esa fue Amalia, que le encanta joder a la gente. ¡Vete! __gritó con fuerza__ ya se que te ha mandado Amalia, ¿no es cierto? ¡Vete!
Pero nadie contestó.
Allí permaneció sentada….

Al día siguiente Amalia decidió visitar a su amiga, en la noche quedó preocupada por ella, la había notado extraña, pálida, desmejorada. Cuando llegó, la casa estaba llena de policías, oyó a los vecinos comentar que en la noche la escucharon gritar, vete, vete, pero que al ir en su ayuda nadie había en el lugar. Ella estaba sola sentada en el piso, con la mirada perdida, como si hubiese alguien delante de ella.
En la mañana la encontraron sin vida, sentada en el mismo lugar, sin rastros de violencia ni herida alguna.
Amalia, entró al lugar y pudo ver sobre la cama, un sombrero negro, que le congeló el alma. Recordó lo que su amiga le había dicho en la fiesta.
Nunca se supo de que murió, ni de quien era el sombrero.

1 comentario:

  1. Me gusto negri!!
    Breves y entretenidos, sabes, pondre el enlace de tu blog al mio , al de cuento que yo tengo.
    Un beso de luz
    Monica

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